Suele suceder que en un documento de Word se utilicen fuentes poco comunes, y luego, cuando el documento es llevado a otra computadora donde estas fuentes no están disponibles, el texto se presente de manera imprevista o defectuosa.
Para solucionar el problema, podemos pedirle a Word que guarde, junto con el documento, las fuentes usadas, y aunque el archivo resultante será un poco más pesado, estaremos seguros de que se verá tal como fue diseñado.
Para hacer esto, en el momento de guardar el documento, es decir, luego de elegir la opción [Guardar] o [Guardar como…] del menú [Archivo], en el cuadro de diálogo que aparece presionamos el botón [Herramientas] y elegimos [Opciones] y de allí a la pestaña [Guardar].
Esto abrirá una nueva ventana donde debemos activar la casilla [Incrustar fuentes TrueType].
Además, podemos marcar la casilla [Incrustar sólo caracteres en uso]
y, de ese modo, consumir menos espacio al guardar de la fuente sólo las letras que se usaron en el documento. Como es de suponer, esta opción inhabilita la posibilidad de editar usando la fuente en conflicto.
También es conveniente omitir las fuentes comunes del sistema marcando la casilla correspondiente.
VAGONETTAS 
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